Sobre el Blog

Dedicado a todos aquellos que se quedan sin inspiración en la cocina. Compartiendo mis ideas, platos que sí puedes hacer en casa con pocos conocimientos. Sin necesidad de tener una despensa del tamaño de Brasil. Y algunas cosillas mas...


martes, 20 de noviembre de 2012

Bonito con pisto (rápido)

Siendo sincero, la verdad es que llevaba todo el día pensando en pizza, uhm... pizza...que ganas!!!
Pero no pudo ser; la verdad, tampoco hay que abusar, por mucho que me guste (creo que esto ya lo había comentado) es algo que no puedo hacer tantas veces como me apetecería, así que ahí va la receta de hoy.


Pisto rápido.
Es apañado, te arregla un pescado o una carne, un arroz o una pasta, e incluso con un par de huevos (de gallina) te quedas muy a gusto...
1 cebolleta grande (picada fina)
1 calabacín mediano (en dados de 1 cm. de lado)
2 tomates maduros pelados (todo en cubitos, sin más complicación)
4 cucharadas de aceite de oliva
Sal

 Salteamos la cebolleta con el aceite a fuego medio-alto.
 Cuando empieza a tomar color, lo que nos llevará unos siete minutos, añadimos el calabacín.





Doramos ligeramente durante cuatro minutos y añadimos el tomate. Cinco minutos después, y procurando remover de vez en cuando, el resultado ha de ser similar a esto:



Ponemos la sal necesaria y reservamos. Se puede preparar el día anterior y guardar en la nevera para calentar al momento en el microondas. De todos modos, como nos va a sobrar, podemos guardarlo un par de días o tres sin problemas.


Bonito a la plancha.
No me he podido resistir y le he puesto un poco de kikomann para macerarlo...
Para dos raciones:
350 gramos de bonito sin piel ni espinas.
3 cucharadas de salsa de soja 
2 cucharadas de aceite


Cortamos el lomo de bonito en rodajas de unos 3-4 cm. de grosor. Más fino se cocina más rápido, lo cual hace que el pescado resulte seco.
Mezclamos el aceite y la soja y ponemos el bonito a macerar durante unos 10 minutos. 



Calentamos a fuego moderado una sartén antiadherente con una cucharada de aceite. Sacamos el bonito del liquido de maceración y colocamos en la sartén. Cocinamos 2 minutos por cada lado. Hay que procurar que no se cocine por completo, ya que resultaría muy seco y aburrido.

Pisto de hortalizas, lomo de bonito, perejil y unas gotas de aceite de oliva...
La verdad es que ha sido rápido, ha sido bueno y ha sido saludable, pero tengo la idea de la pizza y no se me va de la cabeza...

















miércoles, 14 de noviembre de 2012

Bacalao con Sofrito de tomate y cebolla

Bacalao again...
Me encanta. Es de ese tipo de productos que te encantan o te asquean, y ahí comparte honores con los callos, el cordero, caracoles y otros cuantos alimentos con tendencia al extremismo. Es así. Desde la experiencia profesional he comprobado que con estos platos -y algunos otros más- no hay termino medio: o los adoran o los aborrecen. Llegué a trabajar con un tío muy majo que en medio de un servicio de boda se fue 15 minutos a la calle mientras servíamos la paletilla de cordero lechal que nos habían pedido como plato principal, bajo la creíble amenaza del inminente vómito....
En esta ocasión tenemos 2 X 1. Por un lado una base de sofrito y por el otro el bacalao terminado.
Este sofrito, un básico en la cocina tradicional, nos sirve de base para arroces, pasta, guisos e infinidad de platos. Se le puede (se le debe) añadir vino blanco o tinto dependiendo de para que lo vayamos a usar. El alcohol concentra los sabores del sofrito, además de aportar el aroma propio del caldo que usemos.
Sofrito.
1 cebolla grande, picada muy fina (brunoisse).
2 tomates bien rojos grandes, pelados y cortados en dados pequeños.
5 cucharadas de aceite.
1/2 copa de vino (el tipo como dije depende del uso que vayamos a darle).
Sal.
Rehogamos lentamente la cebolla con el aceite, removiendo de vez en cuando. Cuando empiece a agarrarse al fondo del recipiente podemos añadir un par de cucharadas de agua, removemos y continuamos rehogando hasta que adquiera un tono dorado intenso y homogéneo. En este caso le he añadido un diente de ajo sin pelar.






Añadimos el tomate y dejamos cocer lentamente hasta que evapore la humedad, lo cual nos llevará unos 15 minutos.


En este momento pondríamos en alcohol elegido (yo esta noche de abstemio total) y dejamos reducir 5 minutos.






Este sofrito listo lo podemos incluso hacer en grandes cantidades y congelar en pequeños recipientes, contando con una cucharada sopera generosa por cada ración de comida que vayamos preparar con el (salvo en casos como en el de este bacalao, ya que el sofrito aquí cobra casi la misma importancia que el pescado).
Bacalao.
En este momento he puesto, sobre 6 cucharadas de sofrito, un taco de bacalao desalado de unos 160 gramos. Lo dejo cocer por un lado durante unos 5 minutos, a fuego lento. Pimienta negra recién molida, unas cuatro vueltas del molinillo. Se le da la vuelta y se deja cocer unos 4 minutos más, siempre muy despacio. 

 Espero que el resultado sea parecido a este, porque de verdad que ha merecido la pena. No me importa prepararlo solo para mí (el resto de mi familia están en la parte de "me asquea", que se le va a hacer) y otra cosa para los demás, el plato se lo merece.












domingo, 11 de noviembre de 2012

Alcachofas asadas con jamón

Oye Paco, como se entere Eduard Bosch me corta las piernas, así que mejor tu hazte el sueco...


Hoy vamos con otra de mis grandes aficiones culinarias: la alcachofa.
El día que me prepare un plato de bacalao con alcachofas colapsaré (de emoción), pero no se si debo...
La alcachofa, que por cierto es una flor, es un producto de invierno, desde finales de octubre has ta las primeras heladas de diciembre, y luego se da una segunda temporada desde febrero hasta abril (esto parece una serie americana, con su parón navideño y todo).
El mayor problema de la alcachofa es su dificultad para limpiar, además de la gran cantidad de producto que se desperdicia -de hecho más de la mitad del peso de la alcachofa acaba en el cubo de la basura-.
Si optamos por cocerla tenemos que ir limpiando de las hojas exteriores duras hasta dejar el corazón tierno, así como retirar la parte exterior del tallo intentando no separar este del resto de  la alcachofa. El tallo es delicioso para comer, pero si las vamos a servir cocidas y rellenas debemos retirarlo y lo podemos pelar y usar en otro plato, como un arroz o un guiso de patatas. Una vez retiradas las hojas vamos introduciendo las alcachofas limpias en un recipiente con agua fría y un buen manojo de perejil fresco troceado (no hace falta esmerarse en retirar tallo y picar las hojas, basta con cortar todo en grandes trozos), y las mantenemos ahí mientras limpiamos el resto y hasta el momento de cocer. En el agua hirviendo con sal en el que las coceremos durante unos 15 minutos pondremos también perejil troceado. El perejil tiene la propiedad de mantener casi intacto el color natural de las alcachofas, evitando su oxidación y haciendo innecesario utilizar otros medios más agresivos como es el zumo de limón.

Y vamos con el plato en cuestión.
Alcachofas asadas.
Estas alcachofas van directamente al horno en crudo, no es necesario cocer. Tardan un poco más, pero ya que tenía el horno encendido me he hecho un brownie con Natalia...
Retiramos el tallo (ya lo había retirado esta mañana para echar a la fideua) y cubrimos la parte de abajo con papel de aluminio.

Chorrito de aceite y poquito de sal, asamos a 180º 45 minutos.
Una vez asadas y templadas retiramos las hojas exteriores con la mano y reservamos.





Estas alcachofas valen también para una ensalada, un arroz o cualquier plato que se nos ocurra.








Vinagreta de jamón.
Daditos de jamón, cubrimos con 3 cucharadas de aceite e introducimos al microondas unos 45 segundos. Dejamos enfriar y añadimos 1 cucharada de vinagre de Jerez por persona. Añadimos perejil picado y reservamos.



Gratinado.
2 cucharadas de pan rallado, perejil picado, ajo picado y 1/2 cucharada de aceite. Mezclamos todo y colocamos un poco de esta mezcla sobre cada alcachofa.
En un grill (horno o microondas) lo doramos hasta que tenga un aspecto apetitoso.


Terminar.
Tan simple como servir las alcachofas calientes y gratinadas en un plato y aliñar con la vinagreta de jamón por encima.


jueves, 8 de noviembre de 2012

Lomo de Lubina a la Naranja

Esta receta puede pasar por sofisticada si nos lo curramos un poco. Puede dar muy bien el pego, pero os prometo que nos lo hemos cenado Ana y yo esta noche y no ha supuesto mucho trabajo ni mucho tiempo, y ha quedado muy rica.
Como en la mayoría de las recetas de pescado, las claves son la frescura del pez y el punto de cocción -está feo que yo lo diga pero esto es una de las cosas que mejor se me dan en mi faceta profesional, los pescados-. Un apunte... entre un pescado fresco de factoría o un pescado salvaje de tiempos de Maricastañas no lo dudéis, la frescura antes que el apellido. Y esto lo aplico a cualquier pescado, siempre elijo los más frescos sean caballa o boquerón antes que otros que a priori puedan parecer más nobles, si su frescura no es la óptima.

Lubina marinada.
En la pescadería he elegido una lubina (de factoría) de unos 800 gramos, para dos personas.El pescadero me ha sacado los lomos de la lubina, aunque luego en casa he terminado de retirar las cuatro espinas que le quedaban (en realidad eran cinco o seis, pero siempre me dejo alguna... adivinad a quién le toca siempre? a ella...). Corto cada lomo en dos trozos, más que nada por estética y porque así me caben mejor en la sartén (recuerdo a Mr. Bean comprando una sartén y para elegir el tamaño se lleva a la tienda una trucha...). Salamos el pescado y lo dejamos marinando en un plato con dos cucharadas de aceite de oliva, perejil picado y el zumo de media naranja. Mantenemos durante unos 20 minutos.



Salsa de Naranja.
Aprovechando unas espinas de merluza he preparado fumet (caldo de pescado). Para ello lavamos las espinas, las cubrimos de agua y ponemos a cocer. En el momento en el que empieza a hervir retiramos la espuma que sube a la superficie. Apartamos del fuego, ya que pese a lo que se suele decir el caldo de pescado no debe hervir más que un minuto, a partir de ahí deja de saber a pescado fresco y pasa a saber a otras cosas... Podemos hacerlo de forma más cómoda y rápida, que es cubriendo de agua en un recipiente adecuado para microondas. 4 minutos a tope de potencia y listo, aunque el resultado es poco inferior.
Con el caldo listo pongo medio vaso de este en una sartén, junto con el zumo de media naranja, sal y 3 cucharadas de aceite de oliva. Dejamos hervir durante unos 5-7 minutos removiendo de vez en cuando. Si el pescado usado para el caldo tiene gelatina (merluza, rape...) conseguiremos en ese tiempo que la salsa adquiera textura de pil-pil


Para terminar.
En una sartén ponemos 2 cucharadas de aceite y doramos los trozos de pescado por ambos lados. Cocinamos unos 2 minutos por cada lado. En la foto se ve acompañado de calabacín y tomate a la plancha, y terminado con la salsa de naranja.







En serio, en 10 minutos (más el tiempo de marinado) está listo, y os quedáis con la gente...











lunes, 5 de noviembre de 2012

Jamoncitos de pollo encebollados

Y yo que como mañana? Porque esto para cenar igual resulta un poco pesado.
No sólo de cenas nos alimentamos, también hay que reponer a mediodía, y si lo podemos dejar hecho, bien sea para comer en casita o para llevar al curro (los que tengan), pues mucho mejor. Esto mañana lo calentamos en un momentín, y a zampar.
Para dos personas:
4 Jamoncitos de pollo hermosos (de tamaño, que de bonitos regular...)
1 cebolla mediana, de unos 150 ó 200 gramos.
1/2 pimiento verde italiano.
2 dientes de ajo.
Sal, pimienta negra molida, perejil.
Vino blanco seco, media copita para el pollo (el pollo que cocina) y otra media para los jamoncitos...
Aceite de oliva.
2 patatas pequeñas.

Quitamos las plumas que puedan quedar en el ave, por favor. Ponemos sal y pimienta negra (siempre recién molida) y pasamos ligeramente por harina. Doramos por ambos lados en una sartén, cazo o similar con 4 cucharadas de aceite. El fuego, moderado.


En el aceite restante doramos lentamente la cebolla cortada en láminas no muy finas -juliana-, junto con los ajos sin pelar y el pimiento verde en láminas. Esto tardará unos 10 minutos, removiendo de vez en cuando y controlando que el fuego no esté demasiado alto para evitar que se dore demasiado rápido.


Mientras tanto, podemos aprovechar para alicatarnos nuestra media copita de vino blanco seco, o para preparar unas  patatas asadas (al microondas). Nos servirán para acompañar el plato, y las añadiremos en el último momento. Dorada la cebolla, regamos con el resto del vino blanco, y añadimos los jamoncitos de pollo. Tapamos y dejamos estofar unos 15 minutos a fuego lento. Si hiciera falta añadimos media copita de agua. Rectificamos el punto de sal, añadimos perejil picado y la patata pelada y cortada, dejamos cocer 2 minutos más y listo.

Esto lo meto yo en un tupper, y ya verás tu mañana que cara se les queda cuando lo destape calentito, mostrando a todos la suave firmeza de estos muslos.....













domingo, 4 de noviembre de 2012

Ensalada de Espinacas con Vinagreta de Mostaza

No todo va a ser complicado y muy elaborado, ¿no?.
Esta vez pongo unas fotillos (caseras, muy caseras como todas) de mi cena de esta noche. Con unas espinacas frescas (brotes de espinacas envasados y listos para consumir), tiras de manzana golden, nueces, lascas de queso de oveja, tomate pelado, crutones (dados de pan fritos o picatostes) y vinagreta de mostaza.

La parte que lleva algo mas especial es el aliño. 1 cucharada de café de mostaza en grano (tipo Dijon), 3 cucharadas soperas de aceite de oliva virgen, perejil picado, pimienta negra molida, sal fina y media cucharada sopera de vinagre (el que os guste, de Jerez, balsámico...). Para esto vienen muy bien los botes vacíos pequeños de cristal (como los de paté), ya que ponemos todos los ingredientes a la vez, agitamos con vigor un minuto y nos sale una vinagreta de lujo...

Y con esto y poco más tenemos una cenita de lo más sana y deliciosa, o no tiene buena pinta?
Hasta la próxima!

miércoles, 31 de octubre de 2012

La cena Mexicana (a mi aire).

De vez en cuando me da por perpetrar algo parecido a unas fajitas (si se entera de esto mi amigo Ricardo Cáceres me cruje...)
Me divierte lo de la noche temática: fajitas, nachos, guacamole y cerveza Mexicana.
Tiempo atrás tuve el gusto de compartir experiencias culinarias con un cocinero (desde entonces amigo) de aquellas tierras, y en ese intercambio de experiencias saqué un par de conclusiones: conocemos muy poco de la cultura y gastronomía mexicanas y que lo que nos llega no siempre es lo que mejor hacen.
Mi amigo Ricardo me mostró una manera sencilla de preparar guacamole, o al menos una salsa de aguacate muy decente. Y sus enseñanzas las medio olvidé y las convertí en lo que a continuación relato...

Abrimos por la mitad un aguacate maduro, retiramos el hueso y le hacemos unos cortes diagonales en la parte de la carne llegando casi a la piel. Retiramos los dados de aguacate que han resultado con una cuchara, desmenuzamos un poco más y colocamos en un cuenco. Ojo, no vamos a triturar ninguno de los ingredientes, que ni eso sería guacamole ni me gusta un pelo...
Añadimos el zumo de media lima, 1 cucharada sopera de cebolleta muy picada, 1/2 tomate de pera pelado y picado, sal, pimienta molida, cilantro picado (o perejil en su defecto) y el punto hot & spicy que le aporta el chile (recuerdo algo muy gracioso sobre el chile chipotle). Si no disponemos de buen chile podemos añadir el socorrido Tabasco, o si como es mi caso el picante no es lo vuestro prescindimos de él. Este guacamole se puede usar para un picoteo mojando en el nachos, aparte de otros muchos usos.














Yo le pongo guacamole a las fajitas, que para eso me he dado el trabajo de hacerlo.
Para el relleno utilizamos 1 cebolleta pequeña, 200 gr. de pechuga de pollo, 1 pimiento verde italiano, 1 tomate y sazonador de fajitas (en el super lo encontramos sin demasiado problemas), además de alguna hoja de lechuga, aunque esto es opcional. Podemos usar salsa para fajitas ya preparada o hacer una salsa de tomates y cebolla.

 La preparación: salteamos la cebolla y el pimiento verde, retiramos y añadimos los filetes de pechuga de pollo. Doramos,
retiramos y cortamos en tiras de un cm. de largo. Añadimos el tomate y las hortalizas salteadas, rehogamos dos minuto y ponemos seis cucharadas de salsa de tomate o salsa de fajitas preparada.






Agregamos el condimento y cocemos un minuto más y reservamos.
Para terminar.
Cuatro tortillas de maíz o de trigo. Calentamos las tortillas siguiendo las instrucciones del envase. Untamos con el guacamole. Colocamos, si nos apetece, una hojas de lechuga, encima el relleno y enrollamos. Listo!

El resto del guacamole con unos nachos y unas Coronitas (no es que me gusten mucho, pero que le vamos a hacer, es lo que tocaba).




Espero que Ricardo esté conforme, si no lo está al menos espero que desde Barcelona me lo haga saber, un saludo Güey!!!

viernes, 26 de octubre de 2012

Pollo salteado con Verduritas


Hola de nuevo.
Vamos al grano. Pechuga de pollo. Hortalizas salteadas. Ralladura de limón. Perejil. Sal. Pimienta negra.
Parece fácil, y la verdad es que si que lo es. En realidad me comprometo a que casi todo lo que publique sea sencillo de realizar, o al menos con unos mínimos conocimientos de cocina de subsistencia. Más adelante, siguiendo un acertado consejo, empezaré a sugerir ideas de picoteo, que me comenta una amiga que cuando tiene visita no sale de las pizzas congeladas, tortilla de patatas (me consta que le queda salada) y bolsas de pelotazos...
No me termino de imaginar con que brebaje se puede acompañar esto (¿tinto de verano?).
Bromas aparte, este plato es muestra de o primero que decía, cocina de subsistencia con un toque de sofisticación...(es coña). 
En lugar de zamparnos la pechuga de pollo así, a palo seco, la acompañamos de un salteado de hortalizas, tipo wok, y aromatizamos con limón, perejil y incluso salsa de soja si nos gusta (kikkoman).
Para 2 personas:
El primer paso es cortar los vegetales en bastones de 5 cm. de largo y 1 cm. de ancho-alto. En la elaboración he usado calabacín (100gr), cebolleta (1 pieza) y puerro (1/2 pieza, solo la parte blanca). Si queremos le ponemos zanahoria, brócoli, judías verdes.. pero antes tenemos que cocer 5 minutos en agua con sal. Una vez cortados los vegetales se saltean en una sartén ancha a fuego vivo (tipo wok) con una cucharada de aceite. Doramos durante 4 minutos, añadimos sal y retiramos de la sartén. Ponemos el aceite necesario para dorar 2 pechugas de pollo en filetes. Salamos y retiramos. Cortamos en tiras de un tamaño similar a los vegetales, devolvemos a la sartén y añadimos las hortalizas. Le damos unas vueltas, siempre a fuego vivo, perejil picado, ralladura de medio limón y mantenemos 2 minutos más. Retiramos y si queremos añadimos un par de cucharadas generosas de salsa de soja (en este caso cuidado con la sal que añadimos al pollo y la verdura). Pimienta negra recién molida y listo. De esta manera queda una pechuga sabrosa y más alegre que simplemente a la plancha, y si usamos contramuslos deshuesados aún mejor. 
Este plato admite variaciones en su elaboración, se puede preparar con pasta, ternera e incluso pescado o marisco.
Bueno, qué...fácil? De todos modos no abandonaré la idea de incluir recetas profesionales y más elaboradas. De momento ahí os dejo una de las sencillitas.
Saludos!



martes, 23 de octubre de 2012

Lomo de merluza con salteado de hortalizas

Hola gente!
Voy a abrir el libro de recetas un poco más "profesionales".
Este es uno de los platos que me gusta preparar por varios motivos: siempre quedas bien, es atractivo sin necesidad de liarte a tope y puedes prepararlo de forma rápida. Ojo, como digo recetas profesionales, así que lo de rápido hay que verlo con cuidado...
Consiste en cuatro elaboraciones diferentes, aunque casi todas bastante sencillas, desde la perspectiva del cocinero. Si decidís hacerlo en casa para un día en que tengáis ganas, se pueden hacer modificaciones.
La primera elaboración es la merluza.
Normalmente servimos lo que se conoce como suprema, que es un corte del lomo de la merluza sin espina y con la piel. Si compramos el pescado entero podemos pedir al pescadero que nos saque los dos lomos de la merluza. A continuación nosotros mismos en casa podemos hacer los filetes realizando un corte transversal (en perpendicular a la espina) para obtener raciones de unos 170 gramos. Si no lo vemos muy claro le decimos al pescadero lo que necesitamos, que para eso está...
Lo primero que haremos es salar el filete unos 15 minutos antes de prepararlo, de modo que tomará mejor la sal. En casa doraremos el pescado a fuego vivo con un poco de aceite, en una buena sartén antiadherente (en inducción sobre el 8 de 10) por el lado de la piel hasta que esta quede de un bonito tono pardo claro. Le damos la vuelta y cocinamos por el otro lado. Todo el proceso en la sartén dura unos 5 minutos. Pasado este tiempo sacamos el pescado de la sartén y reservamos. Añadimos a la sartén 6 cucharadas de caldo de pescado, que lo habremos preparado con las espinas del mismo. Si no queremos liarnos, basta con añadir el equivalente en agua. Cuando el líquido comienza a hervir, colocamos el pescado dentro y cocemos suave 2 minutos más, lo retiramos, añadimos 2 cucharadas de aceite de oliva virgen y, a fuego suave, movemos la sartén para obtener una salsa deliciosa con el propio jugo del pescado. En el restaurante esta salsa la hacemos de otra manera, pero en casa sería demasiado complicado sobre todo por la cantidad de utensilios que tenemos que usar...
La tercera elaboración es una crema fina de patata, que servimos en el fondo del plato. Para ello ponemos a cocer patatas con agua y sal. Cuando estén tiernas. escurrimos casi toda en agua, trituramos con un poco de aceite y nata líquida (50 gr. patata ya cocida, 2 cucharadas agua de cocción de la patata, sal, 1 cucharada de aceite y 2 cucharadas de nata, con esto tenemos para una ración generosa de acompañamiento). Se pueden añadir unas de aceite aromatizado con trufa negra, que se encuentra en tiendas gourmet o especializadas en aceites (y como no en el Club del Gourmet...). 
Acabamos con el salteado de hortalizas.
Como no, podemos usar lo que queramos, pero yo lo suelo prepara con (para 1 persona) 2 setas shitake, 2 espárragos verdes finos (en temporada), 3 cucharadas de dados de calabacín, 2 ajetes y de forma opcional una láminas de judías verdes escaldadas (cocidas en agua con sal 2 minutos). En una sartén de teflón ponemos una cucharada de aceite virgen extra y salteamos las verduras 3 minutos a fuego alto. Doramos levemente y sazonamos al retirar del fuego. Este salteado nos apaña infinidad de platos tanto de carne como de pescado, incluso pasta y arroces (hemos aprendido a aprovechar una elaboración para varios platos en la misma carta, ya que en estos tiempos que corren lo que faltan son manos para preparar todo a la vieja manera)...

Para presentar la merluza disponemos cuatro cucharadas de crema fina de patata en el fondo del plato. Encima la merluza y sobre esta el topping de verduras. Una cucharada de la salsa de pescado y un poco de cebollino fresco picado...El cebollino, ah!!! No sé dar un banquete sin un par de manojos de cebollino picado. Da un toque fresco, verde y bonito, y sobre todo se pica muy fácil y rápido. Una vez servimos un banquete de boda para 100 personas, sin cebollino, me sentí perdido e inseguro, de verdad.... Casi la liamos, pero por suerte casi.

viernes, 19 de octubre de 2012

Crema de Hortalizas

Crema. Crema. Crema.
No puré de verduras, que eso es otra cosa. El puré de verduras suena a comida de enfermos, de hospital. A ese horripilante plato que me obligaban a comer de pequeño, lleno de hebras de acelga y judías verdes, y hasta que no te lo termines no te levantas de la mesa!!! Espesote, que así alimenta más...
Las cosas como son, mi madre cocina muy bien, pero lo del puré no se lo perdono...
Le he tenido manía a las verduras durante toda mi infancia y adolescencia, pero desde que empecé en este mundillo de la cocina -de forma profesional- hace ya unos años, mi visión de éstas cambió radicalmente. Y una prueba de ello son las crema de verduras-hortalizas, que me pierden. Son realmente fáciles de hacer y aceptan infinidad de ingredientes, tanto en la propia crema como de acompañamiento, aunque en esto tampoco me quiero extender.
Las claves, al menos para mí, son dos. Por un lado está, obviamente, la frescura y calidad de los ingredientes. Podemos elegir los que más nos gusten (patatas, zanahorias, calabacín, puerro, apio, cebollas, repollos, calabaza, acelgas....), pero siempre lo más frescas posible y de temporada, aunque esto último es relativo, ya que en estos tiempos tenemos de todo durante todo el año... La segunda clave es casi tan importante como la primera. Rehogar la verdura. Este punto marca la diferencia entre lo vulgar y lo exquisito. Es como comer un calabacín cocido o la plancha, no sabe igual, verdad? pues eso...
Ahí va una receta general de crema de verduras, pero como digo los ingredientes que le gusten a cada uno y que encontremos en la frutería.








400 gr. calabacín
300 gr. zanahoria
300 gr. patatas
200 gr. cebolla
100 gr. aceite virgen extra
50 gr. mantequilla (si no nos gusta usamos solo aceite)
sal y pimienta recién molida.



Todo cortadito en dados regulares de unos 2 cm de lado, esto es orientativo ya que al final va a triturarse, tampoco seamos estrictos. Es verdad que si todo se corta similar se rehoga de manera más homogénea y el resultado es mejor, pero como he dicho, no nos pongamos estupendos. Si queremos aligerar las tareas de corte, que a veces se eternizan si no somos hábiles con el cuchillo cebollero y el pelador, podemos usar una picadora manual casera, de esas que realizan un movimiento vertical picando las verduras en un momento, pero recomiendo hacerlo a cuchillo.



 Para rehogar la verdura usaremos preferentemente una cazuela ancha acero inoxidable. Ancha para que evapore el agua de vegetación rápidamente. De acero porque se dorará mejor la verdura, ya que en el aluminio recubierto de teflón, el propio antiadherente hace que no se dore de manera adecuada la verdura.




 Ponemos las grasas en la cazuela y añadimos las verdura. Fuego moderado (en inducción al nivel 7 de 10, por si sirve de orientación) y tapado. Ponemos sal y rehogamos durante unos 20 minutos, removiendo cada poco y rascando el fondo de la cazuela para ir desprendiendo la verdura que se va caramelizando.



Aquí vemos como tiene que quedar la verdura después de ese tiempo, en el fondo del recipiente deben quedar restos de la verdura un poco agarrada (no quemada, se dora levemente).











En este momento cubrimos de agua, aproximadamente un litro, y dejamos cocer durante 7 minutos. Este tiempo es suficiente, ya que tras en intenso rehogado anterior (durante 20 minutos) la verdura está casi cocinada. Transcurrido el tiempo se tritura todo y se cuela (por favor madres, colarlo) con un colador de malla fino. Y listo. Si queda un poco espeso se le añade agua, esto hay que tenerlo en cuenta para no pasarse de líquido al cocer, ya que espesarlo es más complicado que aligerarlo.


La podemos conservar en la nevera tres días sin problema, calentar al microondas e incluso congelar. En este último caso al descongelar veremos que queda con aspecto extraño, como si se hubiera cortado,  pero basta con calentar y mezclar bien para que recupere su aspecto original.

Lo probareis? Espero que sí, de verdad que merece la pena, es sencillo de preparar y os cambiará vuestra idea de los purés de verdura. Mamá, apuntala!

jueves, 18 de octubre de 2012

Ensalada de Tomate y Bacalao

Esta es una de mis debilidades (culinarias), el bacalao.
En esta primera entrada sobre el bacalao propongo una receta de ensalada fría, básicamente una ligera variación de la esqueixada tradicional.
En esta ocasión opté por cocinar levemente el bacalao -en lugar de como se suele servir, que es desalado y crudo- ya que se adapta mejor a todo tipo de paladares. Asimismo (y ya que este blog pretende dar ideas de platos que aguanten bien de un día para otro) conseguimos que se mantenga en perfectas condiciones al prepararlo con antelación, e incluso llevarlo en un tupper a la ofi...
Vamos de lleno al asunto...
Bacalao aliñado:

Empezamos con una buena tajada (de bacalao, que esto lo hice un martes y tampoco era plan de coger una de las otras). Se puede comprar bacalao ya desalado y congelado. Sólo hay que descongelarlo previamente en la nevera y tener la precaución de probarlo en crudo y comprobar el punto de sal. Se cubre de agua en un cazo y se lleva al fuego suave. Antes de que empiece a hervir, justo cuando el agua empieza a tener algo de espuma en la superficie, retiramos del fuego y dejamos templar. Escurrimos el agua y retiramos las espinas con las manos (no hace falta recordar que hay que lavarse las manos siempre antes, durante y después de cocinar, que ya vamos teniendo una edad para saber esto, eh?), sacamos las lascas -láminas- del bacalao en trozos un poco grandes y las vamos colocando en un recipiente tipo fuente, cuenco y similar.



Cubrimos de aceite de oliva virgen, añadimos sal si hiciera falta, pimienta negra recién molida, perejil fresco picado y unas gotas de zumo de limón o vinagre de Jerez, al gusto. También podemos sustituir el zumo por piel del cítrico rallada muy fina. Cortamos cebolleta tierna en juliana y lo mezclamos todo con cuidado de no desmigar demasiado el pescado. Mantendremos en frío durante al menos 3 horas para que coja bien el sabor y se empape del aceite, el mejor amigo del bacalao.


 Terminamos:
Cortamos tomate pelado de la forma que más nos guste -o que mejor sepamos, que hay que reconocer que esta parte la llevamos mal- y mezclamos con el bacalao aliñado y con resto de ingredientes que hemos preparado. A la hora de elegir el tomate da un poco igual, ya que en el súper saben todos a lo mismo... pero si por suerte tenéis acceso a tomates de calidad y podéis elegir, yo prefiero algo tipo kumato, raf algún otro de textura firme, como siempre digo si vais al mercado dejaos aconsejar.
En el fondo del plato la parte anterior de la ensalada, encima de esto un poco de mezcla de lechugas si nos apetece (aliñada con el propio mejunje del bacalao) unas aceitunas negras de Aragón, o incluso paté de aceitunas, que ya lo tienes en la mayoría de los supermercados.
Y ya está! Es fácil, rápida y se puede llevar de paseo, ya que al cocinar el bacalao levemente evitamos que se pueda poner malo con facilidad. Lo único que tenemos que hacer es tener la precaución de no poner lechugas, que se quedarían chungas en un ratito con el aliño...
Podemos usar bacalao desalado crudo, añadir pimiento verde o rojo, tomates cereza, diferentes lechugas, otros aliños... las posibilidades son inagotables, no como yo, que a estas horas empiezo a ver doble...Hasta otra.

lunes, 15 de octubre de 2012

(casi)Tortilla de patatas: Tortilla para diabéticas

Y lo digo sabiendo que no es políticamente correcto, pero tiene su aclaración.
Durante el embarazo las hormonas (de la madres me refiero, aunque las nuestras también andan de aquella manera) se revolucionan, y en algunos casos -cada vez más habituales- produce lo que se conoce como diabetes gestacional. Aparte del componente puramente médico y de la salud, genera otro problema, que por experiencias cercanas he comprobado que supone un gran quebradero de cabeza: LA DIETA.
No voy a entrar en muchos detalles, pero diré que a todas las que han pasado por esto, sobre todo si no tenían antecedentes de dietas estrictas, acaban odiando cocinar en general y la balanza de cocina en particular.
Después de cuatro meses, acabé convirtiéndome en un pequeño experto en platos rápidos (este es uno de los grandes problemas, se suele tardar mucho en preparar cada una de las comidas principales) siguiendo la estricta dieta de las embarazadas diabéticas. Uno de los que mejor resultaban era la tortilla de patatas. En realidad el mayor problema era la cantidad de aceite que absorben las patatas al freír, incompatible con las 1800 calorías diarias repartidas en 6 comidas. Es tan simple como asar las patatas al microondas. Para ello se lavan bien, se pinchan un poco con un cuchillo, y aún húmedas se envuelven el papel absorbente de cocina. Una patata pequeña de unos 90 gramos (necesitamos 150 gr. de patata cruda pelada, que equivalen a 2 patatas de este peso) tarda unos 2 minutos y medio a plena potencia, unos 800 W. De todos modos estas patatas resultan adecuadas para consumir de cualquier otra manera, por ejemplo como acompañamiento.
Esto y 3 cucharadas de aceite, además de sal,
es  lo que necesitamos













Mientras se asan las patatas, en dos cucharadas de aceite estamos rehogando 80 gramos de cebolla picada finamente y 70 gramos de calabacín con un poco de sal. La sartén debe ser antiadherente y de buena calidad, si no el resultado será un poco pobre.
Batimos los huevos y les añadimos la verdura pochada.


En la sartén que hemos usado añadiremos media cucharada de aceite y pondremos las patatas asadas previamente peladas y troceadas en finas láminas. Doramos y añadimos al resto de ingredientes. Mezclamos bien y con el resto del aceite cuajamos la tortilla.







Todos los ingredientes han sido pesados y la tortilla se preparó siguiendo con las indicaciones dadas por  el especialista médico, pero obviamente cada una tendrá que adaptar la receta a las indicaciones de su endocrino