No puré de verduras, que eso es otra cosa. El puré de verduras suena a comida de enfermos, de hospital. A ese horripilante plato que me obligaban a comer de pequeño, lleno de hebras de acelga y judías verdes, y hasta que no te lo termines no te levantas de la mesa!!! Espesote, que así alimenta más...
Las cosas como son, mi madre cocina muy bien, pero lo del puré no se lo perdono...
Le he tenido manía a las verduras durante toda mi infancia y adolescencia, pero desde que empecé en este mundillo de la cocina -de forma profesional- hace ya unos años, mi visión de éstas cambió radicalmente. Y una prueba de ello son las crema de verduras-hortalizas, que me pierden. Son realmente fáciles de hacer y aceptan infinidad de ingredientes, tanto en la propia crema como de acompañamiento, aunque en esto tampoco me quiero extender.
Las claves, al menos para mí, son dos. Por un lado está, obviamente, la frescura y calidad de los ingredientes. Podemos elegir los que más nos gusten (patatas, zanahorias, calabacín, puerro, apio, cebollas, repollos, calabaza, acelgas....), pero siempre lo más frescas posible y de temporada, aunque esto último es relativo, ya que en estos tiempos tenemos de todo durante todo el año... La segunda clave es casi tan importante como la primera. Rehogar la verdura. Este punto marca la diferencia entre lo vulgar y lo exquisito. Es como comer un calabacín cocido o la plancha, no sabe igual, verdad? pues eso...
Ahí va una receta general de crema de verduras, pero como digo los ingredientes que le gusten a cada uno y que encontremos en la frutería.
400 gr. calabacín
300 gr. zanahoria
300 gr. patatas
200 gr. cebolla
100 gr. aceite virgen extra
50 gr. mantequilla (si no nos gusta usamos solo aceite)
sal y pimienta recién molida.
Todo cortadito en dados regulares de unos 2 cm de lado, esto es orientativo ya que al final va a triturarse, tampoco seamos estrictos. Es verdad que si todo se corta similar se rehoga de manera más homogénea y el resultado es mejor, pero como he dicho, no nos pongamos estupendos. Si queremos aligerar las tareas de corte, que a veces se eternizan si no somos hábiles con el cuchillo cebollero y el pelador, podemos usar una picadora manual casera, de esas que realizan un movimiento vertical picando las verduras en un momento, pero recomiendo hacerlo a cuchillo.
Ponemos las grasas en la cazuela y añadimos las verdura. Fuego moderado (en inducción al nivel 7 de 10, por si sirve de orientación) y tapado. Ponemos sal y rehogamos durante unos 20 minutos, removiendo cada poco y rascando el fondo de la cazuela para ir desprendiendo la verdura que se va caramelizando.
Aquí vemos como tiene que quedar la verdura después de ese tiempo, en el fondo del recipiente deben quedar restos de la verdura un poco agarrada (no quemada, se dora levemente).
La podemos conservar en la nevera tres días sin problema, calentar al microondas e incluso congelar. En este último caso al descongelar veremos que queda con aspecto extraño, como si se hubiera cortado, pero basta con calentar y mezclar bien para que recupere su aspecto original.
Lo probareis? Espero que sí, de verdad que merece la pena, es sencillo de preparar y os cambiará vuestra idea de los purés de verdura. Mamá, apuntala!
No hay comentarios:
Publicar un comentario